Básicamente, critico la exaltación de la felicidad constante. Digamos que un ser promedio puede ser o positivo o negativo, de acuerdo a su percepción de la vida o a sus experiencias. Bien, podes sentirte feliz, pero de ahí a andar promulgando la alegría de vivir, el sol, la luna, y la mar en coche... no me molestes a mí!. Porque a mí, sabelo, no me hace sentir mejor el sol o la luna, y mucho menos una ola en un coche (cuak). Lo que digo es que hay una diferencia radical entre la persona negativa y la positiva:
EL NEGATIVO: no busca que los demás estén bajón. Si los demás están alegres bien por ellos. El negativo solo quiere que lo dejen así y no pregunten ni nada. Sabe que está limitado a opinar por el solo hecho de no escuchar frases como "uy siempre igual vos"/ "ay che, ponele onda, siempre todo negro" "ayyyy no seas así" . El negativo no cree que las cosas pasen por algo, sino que cree que le pasan a él solo para reafirmar lo que piensa de la vida.
No piensa demasiado en el optimista, el optimista vive pensando en el pesimista (lease más abajo)
Entiéndase: las expresiones como uy, ay, hey son inamovibles en los positivos.
EL POSITIVO: tiene una pseudo obsesión irritante de cambiar el estado anímico del negativo. Su vida no solo consiste en exaltar su felicidad, sino regocijarse en el estado del ya nombrado, mostrandole que en la vida es posible ser feliz y bla bla bla. En su operativo "yo te enseño a vivir" desmerece los motivos del negativo, incluso hasta la negación de tales, no lo deja "ser" y muchos menos opinar, porque "para opinar así mejor no lo hagas". El positivo cree que todo pasa por algo y cuando el auto mata al perro piensan que el perrito por suerte no se dio cuenta y vivió feliz.
JUEZ: ME DECLARO CULPABLE, NO SOY OPTIMISTA Y ESTOY BIEN!
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